viernes, 2 de marzo de 2012

 Aquí os dejo otro poema que escribí hace mucho, y prometo que pronto habrá una historia nueva. Espero que os guste!!

Ya se va el día, el sol caprichoso oculta su luz,
Ya vuelven las sombras a mí
Como animales que acechan su presa.
Es otro día que está agonizando,
Que muere como mi corazón.
Los colores cálidos envuelven todo con su magnetismo,
¡Crueles malvas que jugáis en el techo del mundo!
Siendo admirados por corazones inocentes
Para después dejar sitio a la oscuridad,
Engañando a los sentidos de tus secretos admiradores
Como si de sueños se tratasen, dulces, tranquilos
Y que sólo preceden a la pesadilla del despertar.
Despertar sola otra vez, sin tu cuerpo junto al mío
Sin tus caricias, sin tu olor, sin tu mirada…
Sólo con el sabor de unos besos que no me has dado
Y las mismas preguntas que no hallan respuesta
¿Cuándo serás mío? ¿Por qué esta soledad?
¿Cuántas veces gritaré tu nombre y
Obtendré como respuesta el eco de la noche?
Pobres palabras arrastradas por
El viento del silencio, por la brisa del olvido
Y mientras mi corazón se desangra gota a gota
Cual nube desprendiéndose de fresca lluvia
Sólo desea que llegue pronto el amanecer de la vida,
Que la lejanía que nos separa desaparezca.
Esa lejanía que me hace sentirte lejos incluso cuando
Me rozas las manos sin querer, entonces mi corazón despierta
De su letargo con renovada fuerza.
Porque un gesto sencillo lo llena de una fugaz felicidad
Felicidad eterna y fugaz como un atardecer

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